miércoles, 11 de julio de 2018

Aprender es vivir

A veces, las personas que desconocen cómo funciona una escuela activa en la que el niñe se desarrolla de forma holística, en la que al niñe se le ofrece y se le permite elegir y se le va dando a medida que el niñe se va preguntando, cuestionando,  me preguntan: pero... ¿cuándo aprenderán a leer?, ¿cuándo aprenderán ortografía?, ¿cuándo a multiplicar o inglés?, ¿y si nunca muestran interés?...y así. 
Subestimamos el trabajo serio de la infancia: el juego. Subestimamos pues, las bases de todo aprendizaje. El juego como la forma  más elevada del ser humano de explorar y entender el mundo, el juego como actividad espontánea programada en nuestras células que permite que nos conozcamos y conozcamos a los demás y el entorno que nos rodea . 
En el mundo de los adultos tomarnos en serio que un niñe aprenda no pasa por dejarlo jugar libremente el tiempo que necesite y que vaya aprendiendo del día a día y de la vida.  Para un adulto, para el tradicional sistema educativo y para el actual y dominante sistema de creencias en nuestra sociedad actual,  un aprendizaje serio pasaría por sentarse a leer cada día, practicar cálculo con adultos que corrijan y aseguren resultados «correctos», pasaría por  enseñar reglas gramaticales y ortografía para que escriban «correctamente»... El mensaje sería: “ahora sabes dónde está Júpiter, aunque no sepas cómo te sientes, qué te apasiona”.
 Desconfiamos de los niños y del ser humano en general porque nos dijeron que para aprender había que ir a un único lugar y nos contaron el cuento de que fuera de la escuela acceder a una educación digna y de calidad no era posible. Pero los tiempos han cambiado y la información, el conocimiento, no es algo encorsetado ni encapsulado. Hay miedo, miedo de que no todos reciban una educación mínima, de que las condiciones y el contexto desfavorezcan a personas y a niños con realidades que podrían desfavorecer su aprendizaje. Se nos olvida que somos seres creativos diseñados biológicamente para cooperar...y se nos sigue alimentando en la competición, el miedo y en el así no se puede. ¡Cómo si sólo hubiese una forma de hacer las cosas! 
Soy Nayra, soy maestra y acompañante, soy, de momento, directora de una escuela activa y si quieres saber más, si lo deseas puedo contarte cosas, puedo explicarte qué es una mente escolarizada y contarte otras historias, otras experiencias, otras realidades posibles sobre la educación y la enseñanza. Porque hay muchas maneras de hacer las cosas y aprender es vivir y vivir, aprender. 

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